Trabajo digno en Montevideo

Se inauguró un local para la clasificación de residuos que garantiza estabilidad a veintiocho trabajadores/as informales.

“Con estos baños ya nadie nos va a decir que nos quedó olor feo”, comentaba entusiasmada una de las futuras empleadas de la primera planta de clasificación de residuos domiciliarios de Montevideo (Uruguay), mientras recorría las instalaciones, que constan de dos vestuarios, un baño externo y dos oficinas. Más atrás, en la planta misma, de estructura sencilla, con una máquina grande por la que pasarán los residuos secos que serán clasificados y otra más pequeña que será la que comprima, enfarde y apile las torres de residuos prensados, otros trabajadores mostraban a sus hijos y amigos su futuro lugar de trabajo.

Para los vecinos del Cerro la iniciativa de construir una planta clasificadora es muy importante, y eso va más allá del gesto medioambiental que implica el reciclaje. Para 28 personas -12 mujeres y 16 varones- esta iniciativa significa un trabajo estable, seguro y digno: “Un sueldo fijo por mes, un seguro médico y un techo para no pasar frío”, en palabras de Heber Umpiérrez, uno de los 28 que recibieron el primer curso de formación para clasificadores y clasificadoras que, justamente, los habilitó para conseguir el empleo.

“Con este trabajo vamos a poder dar más a nuestras familias”, dijo Umpiérrez, y explicó que “cuando andamos en el carro, si nos lastimamos, tenemos que esperar a curarnos para volver a darles de comer”. En este sentido, hizo hincapié en la deuda que “les” queda con los trabajadores que aún están en la calle: “Vamos a tratar de incluir a todos los compañeros que quedaron atrás para que todos tengamos un trabajo digno”. Otra de las futuras trabajadoras de la planta, Rosario Munzón, reconoció en su calidad de jefa de hogar que “el hecho de que nosotros podamos emprender esto puede atraer a otras madres que están ahí afuera en la misma situación”.

Ubicada detrás del estadio Luis Tróccoli, la planta de clasificación La Paloma funcionará en el marco del Plan de Gestión de Envases. Según contó el director general del Departamento de Desarrollo Ambiental de la Intendencia de Montevideo (IM), Juan Canessa, a la diaria, la materia prima que recibirá la planta provendrá de la precalificación domiciliaria, depositada por los vecinos de los municipios A y B en contenedores de tapa naranja que estarán disponibles en las grandes superficies comerciales. La IM tiene planeado distribuir cerca de 500 contenedores de este tipo en todo el departamento, en los que se podrá depositar envases no retornables de vidrio y plástico, cartón, nailon, plásticos y bolsas. Lo depositado por la población será trasladado a diario por camiones de la IM a la planta, y los trabajadores realizarán tareas en dos turnos para su puesta en valor y reutilización. Estos residuos, después de comprimidos, serán pesados y vendidos a los interesados en el reciclaje.

La iniciativa surge como fruto de diversas articulaciones entre el ámbito público y el privado -la IM, la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) y los ministerios de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) y de Desarrollo Social (Mides)-, aunque el sistema no es nuevo en el país. Ya hay otros similares de estas dimensiones “y mayores”, según la intendenta, Ana Olivera, en cinco departamentos, aunque La Paloma se constituye como la primera de esta dimensión en la capital.

Canessa dijo que hay una segunda planta, ubicada en la zona de Chacarita de los Padres, que se estima que se inaugurará el mes que viene, ya que está “casi finalizada su construcción”.

Por otra parte, en abril también se firmará el contrato para la construcción de dos plantas más: una en el Municipio D, en la zona de Burgues y Aparicio Saravia; y otra en el G, en Camino Durán. A estas dos se sumarán una quinta planta, que se va a construir en el barrio 6 de Diciembre, en el contexto de su regularización. Además, Canessa adelantó que “si se cumplen las metas en este primer año -que estimamos como muy factible-, es probable que el año que viene se construyan cuatro plantas más”.

El encargado de la gestión del Parque Tecnológico Industrial del Cerro, Guillermo Gonsalves, contó a la diaria que, dado que el parque ya tiene su plan de gestión de residuos interno, surgió la idea de “poder complementar -y no superponer- con la planta el trabajo de clasificación”. “El parque genera residuos domiciliarios como los que procesará la planta, pero también industriales; entonces pretendemos que, en algún momento, parte de estos residuos industriales puedan ser devueltos a la industria, generando así un servicio y, por ende, puestos de trabajo”, agregó.
Cambiar la historia

Para el alcalde del Municipio A, Gabriel Otero, “en todas las cosas hay una historia”. “Yo sé el esfuerzo que hubo. Sé de esas jornadas, de aquellos basurales que íbamos a levantar, de cuántas veces volvían y no tiraban la bolsa adentro, que se plantaban los árboles y se arrancaban. De todo eso hay una historia escrita en el territorio y también hay protagonistas. Por eso, una de las tareas principales que van a tener acá va a ser defender las condiciones de este trabajo que consiguieron, por ustedes y por los que vienen, porque va a depender de este éxito que esto se multiplique”, dijo, en referencia a los futuros trabajadores.

El presidente de la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos, Walter Rodríguez, se dirigió al mismo público: “Nosotros, que muchas veces creemos que somos tan insignificantes, somos inmensamente ricos, una herramienta necesaria a nivel mundial para realizar la clasificación; por el trabajo que hacemos, por el cuidado del medio ambiente, por la limpieza de los espacios verdes, por la devolución de productos a las cadenas productivas para que vuelvan como productos elaborados e inclusive, como generadores de fuentes de trabajo”. “Me da mucha emoción que hayamos logrado esto, que es la forma de cambiar la vida de muchos trabajadores de la clasificación, y por eso debemos siempre ser agradecidos”, concluyó. 

Virginia Recagno

Fuente: La Diaria

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